1.. “ Para pintar el vino, el amor, las mujeres o la gloria, es necesario no ser borracho ni amante ni marido ni soldado raso. Entremezclado con la vida, es difícil verla correctamente, la sufres o la gozas demasiado…porque ¿ hay algún borracho que haya escrito la canción que cantan los bebidos? “ (G.Flaubert citado por J.Barnes en El loro de Flaubert)
2. «“Volveré con miembros de hierro, la piel sombría, el ojo furioso: por mi máscara, se me juzgará de una raza fuerte. Tendré oro; seré vago y brutal. (…) Ahora estoy maldito, la patria me horroriza. Lo mejor es dormir bien borracho sobre la arena.» (Rimbaud, Arthur (1972), Una temporada en el infierno. (Trad. Gabriel Celaya), Editorial Alberto Corazón, Colección Visor de poesía, Madrid, p. 52.)
3. «Puedo aguantar en el dique seco. El problema es que cuando se me pasa la mona me pongo a pensar. Nada más bebo para tapar esa voz, ¿ y si fuera batería en una banda?. La última vez que estuve ahí había una de esas revistas científicas, creo que era Psychology Today, y hablaba de los borrachos desahuciados. Demostraba que los alcohólicos pensaban más. Decía que sacaban mejor puntuación en las pruebas que la gente normal y eran mejores en retentiva. Había una sola cosa en la que sacaban mala puntuación, se les daba de pena, pero no me acuerdo de qué era. » ( Lucía Berlin Una noche en el paraíso pag 237 ). Mirar beber
4. » Elfrida pensaba que había esencialmente dos tipos de alcoholicos, y le gustaba clasificarlos como los «bebedores» y los «borrachos». Los «borrachos» perdían el control:empujados enteramente por el deseo, su consumo era rápido y destructivo, el olvido inmediato era su finalidad….los bebedores, por su parte,eran más discretos y astutos. Se entonaban a lo largo del día-poco a poco- con la intención de mantenerse en un constante estado de embriaguez, potente, agradable y-ójala-impercetible. A diferencia de los borrachos, los bebedores-aunque podían llegar a estar muy bebidos- seguían siendo capaces de funcionar, tener una conversación y hasta conservaban su trabajo.» ( William Boyd Trío, pag 113)
5. » Elfrida echó un chorro de vodka en el zumo de naranja para desayunar. No se engañaba ni negaba su situación, en absoluto: sabía que era alcoholica, «bebedora», y sabía también que el día que empezara a escribir una nueva novela volvería a estar sobria. Ese era su problema personal:el «impasse» creativo la impulsaba a beber. No era culpa suya, no tenía ningún defecto de caracter, no. Muchos otros escritores y artistas se habían visto en el mismo apuro: Ernest Hemingway, Scott Fitzgerald, la pobre Edith Everly, Faulkner, Elisabeth Bishop, Dylan Thomas, Morris Hugues, Brenda Behan, Henry green, el triste Maalcolm Lowry, Celia Tanson, Evelyn Waugh, Ian Fleming, George Vander Poel y un buen puñado más de los que en este momento no se acordaba. Formaban un club reducido y selecto . Tampoco tan reducido, bien pensado. Repasando la lista compruebo que la mayoría eran «borrachos».» ( William Boyd Trío, pag 113)