Buhos

«Algunos artistas del grabado o de la pintura florcen, como los futuros bebes, en espacios reducidos. Sus restrigidos temas pueden confundir o decepcionar. El cortejo de aristócratas del siglo XVII, la vida en el mar, conejos que hablan, liebres esculpidas, óleos de personas obesas, retratos de perros, caballos, de aristócratas, desnudos yacentes, millones de natividades, de crucifixiones, de asunciones, fruteros, jarrones de flores.  pan y queso holandeses con o sin cuchillo al lado. Algunos escriben simplemente de sí mismos, También en la ciencia hay quien dedica su vida al caracol albanés y quién a un virus. Darwin dedico ocho años a los percebes. Y en la madurez, a las lombrices. Miles de científicos estudiaron durante toda su vida el boson de Higgs, una cosa diminuta, quizás ni siquiera una cosa. Estar encerrado en una cáscara de nuez, ver el mundo en cinco centimetros de marfil, en un grano de arena. ¿Por qué no, si toda la literatura, todo el arte, todo el esfuerzo humano no es más que una mota en el universo de las cosas posibles? E incluso este universo puede ser una mota en una multitud  de universos reales y posibles. Entonces ¿por qué no ser un poeta de buhos? (Ian McEwan Cáscara de nuez pag 76)