Tacto


1. » El delirio del tacto parece más bien apuntar a una dimensión adherente y «háptica», penetrante, de la mirada.El anclaje de este delirio del tacto en lo visible es, en efecto, fundamental: procede del supuesto según el cual todo lo que es visible puede llegar a tocarme, incluso haberme tocado ya.» (Legrand du Salle), ver delirio
2. » hemos estado alejados uno de otro por lo ideal, el modelo que se impone desde arriba, y ahora lo estamos por tantas distancias, cuyo número y magnitud multiplica una técnica generalizada. En nuestra época de liberación sexual, perdemos el sentido del tacto. Extraña paradoja de una cultura que desvela sus fundamentos, sus supuestos, su interior, sus secretos.( Luce Irigaray Ser dos)

3 Entre lo háptico y lo óptico hay una jerarquía convencional, según la cual el tacto parece destinado a subordinarse a la vista, que sería el sentido más noble. El tacto, al fin y al cabo, sólo es capaz de producir una percepción fragmentaria y el espacio táctil carece de un sistema de referencia único, estable, algo así como la perspectiva o las proporciones en el dominio visual. Pero al mismo tiempo, el tacto nos permite un encuentro más íntimo con las cosas. Nuestros ojos saben muchas cosas, infinidad de detalles, pero la mano sabe algo fundamental. La mano es el reverso de lo visible. El ojo domina la superficie visible de las cosas. Pero la mano conoce la cara oculta de las cosas. La mano es como una larga sonda que desciende en la oscuridad (Guillermo Solana) Ver visible
4. «El sentido tactil, si creemos en lo que dice Aristóteles, es a la vez aquello sin lo cual la visión no puede tener lugar y aquello que constituye el escaton(el límite de sentido) de la visión, su límite, pero también, y por eso mismo, fantasmáticamente, su telos » ( La pintura encarnada  George Didi Huberman)