Cielo

» Cuando Houdini no logró zafarse de las esposas que lo atenazaban en el London Hipodrome, su mujer, Bess, le dió un beso largo, profundo. Y al hacerlo le pasó la llave con la que pudo liberarse. Si existe el cielo, creo que se parece a esto. ( Ocean Vuong En la tierra somos fugazmente grandiosos pag 203)