Envidia

1.» Si, soy así y siempre he sido así, incluso cuando, hace años, jugaba al futbol en el club de mi pueblo. ; sabía perfectamente que hasta el jueves no ponían la alineaciónen la vitrina de anuncios de la taberna, pero yo me presentaba allí ya el miercoles con el corazón palpitando, paraba la bicicleta delante de la vitrina y, con las piernas separadas, una a cada lado de la biclicleta, no me veía con ánimos para mirar eseguida lo que había ne el escaparete, de manera que primero observaba la madera y la pequeña cerradura, después me pasaba un rato leyendo y releyendo el nombre de nuestro club y sólo después de aquellos preparativos me atrevía examinar la alineación, pero al ser miercoles los que figuraba allí era el equipo de la semana anterior, de modo que no tenía más remedio que volver a casa con un palmo de narices pra volver de nuevo a las andadas el jueves: para calmar mi ansiedad, lo examinaba todo salvo la lista de nombres, dejando pasar un buen rato antes de atreverme a leer, muy despacio, antes que nada la alineación del primer equipo, después los reservas y los juveniles, y cuando por fin descubría mi nombre entre los suplenets, me sabía a gloria.»

( Bohumil Hrabal Una soledad demasiado ruidosa pag 68)