Timidez

» Con asombro descubrimos que, ya adultos, no hemos perdido nuestra antigua timidez frente al prójimo, la vida no nos ha ayudado en absoluto a librarnos de la timidez, Seguimos siendo tímidos, pero no nos importa; nos parece que hemos conquistado el derecho a ser tímidos. Somos tímidos sin timidez, audazmente tímidos. Tímidamente buscamos en nosotros las palabras adecuadas. Nos alegramos tanto de encontrarlas, de encontralas con timidez pero casi sin esfuerzo, nos alegramos de tener tantas palabras en nosotros, tantas palabras para el prójimo, que estamos como embriagados de facilidad, de naturaleza, la historia de las relaciones humanas no acaba en nosotros.» (Natalia Ginsburg Las pequeñas virtudes pag 142)