Talento
» El talento ayuda, pero no siempre es necesario. Una de las mejores frases de la historia no la dijo un filósofo sino un jugador de béisbol que siempre se las veía canutas para mantener su media….Se llamaba Leo Durocher, y dijo: «Prefiero ser afortunado que bueno…» . Durocher sabía que diez o doce carreras con rebotes afortunados por el diamante interior supondría la diferencia entre la primera o la segunda división.» (Charles Bukovski La enfermedad de escribir pag 147)