tela de lienzo
1. » Mientras el lienzo permanece en blanco se está en disposición de calcular cada uno de los matices de color, cada una de las pinceladas.. el pintor es un verdadero ordenador, ominisciente y capaz de medirlo todo. pero cuando llega el momento fatídico de la cuenta hacia atrás como en Cabo Kennedy: 10, 9, 8, 7, 6, 5 4, 3, 2, 1… 0, cuando los pinceles se lanzan sobre la tela con la rapidez del rayo, la tela empieza a jugarle malas pasadas…se vuelve…toma alas, arroja por tierra todos los calculos del pintor. Es ella la que toma el mando y el pintor, pobre ordenador, se ve limitado a someterse como un niño pequeño y a seguir los pasos del lienzo» (Mordecai Ardon, catalogo de la Exposición Ardon. Malborough-Gerson gallery, Nueva York, 1967)